domingo, 29 de noviembre de 2015

FICXixón 2015: Día 2

El segundo día (sábado) empezó fuerte: la nueva película de Hosoda. No sé si es buena idea escribir la siguiente frase, que yo soy muy gafe, pero me voy a arriesgar: Después de ver esta peli, Hosoda es el director cuya próxima película voy a esperar con más ansia. Que no se me enfaden Lukas, Haneke, Ozon y compañía. Todos habéis hecho alguna mehdiocridad recientemente y este hombre lleva 4 grandes películas. Y las tres últimas son sublimes.


The boy and the beast va sobre un niño de 9 años que se queda solo en el mundo y acumula mucho rencor. En un encuentro fortuito en el mundo de los humanos es invitado al mundo de las bestias por Kumatetsu, candidato sin muchos apoyos a rey de las bestias (algo así como el UPyD de bestialandia) que necesita un aprendiz.

La relación de amor-odio entre ambos es lo mejor de la película y da grandes momentos cómicos. El humor es muy japonés: a veces te ríes porque es gracioso y otras porque es absurdo.
Al igual que en Summer Wars, la mezcla entre comedia, drama, acción, fantasía, romance y misterio está perfectamente lograda y te mantiene en un estado constante de excitación. También tiene en común con Summer Wars una batalla épica final en la que no entiendo la mitad de las cosas que pasan, pero con la que me quedo absorto y maravillado por su belleza, su ritmo y su imaginación.
En esta sí hubo aplausos unánimes. Obvio. Nota: 9

Me he emocionado tanto con The boy and the beast que se me ha olvidado hablar del corto anterior. "Pues escribe sobre él arriba, que esto no es una máquina de escribir" diréis. "Paso" responderé yo. El corto que nos pusieron fue Borrowed time. De nuevo corto de animación mudo y de nuevo con temática triste-melancólica. La animación está muy lograda y las imágenes que muestra son de gran belleza. Nos cuenta la historia de un sheriff que perdió a su padre cuando era un adolescente (él, no su padre) al intentar huir de unos malhechores. Nota: 6



Como buen festival, cuando salí de la sala fui corriendo a la entrada, porque la siguiente película, Bridgend, estaba a punto de empezar. Es la historia de un pueblo en el que los adolescentes tienen una afición muy curiosa: suicidarse. Un policía se muda al pueblo con su hija adolescente (¿qué puede salir mal?) para investigar el caso. Como tampoco es de animación, os pongo timeline.




En resumen: meh. Tampoco hubo aplausos esta vez. Nota: 5


Antes, nos habían puesto un corto español de no-animación: Sirena negra. Va sobre una sirena que vive en las alcantarillas. Durante todo el metraje, la sirena nos habla a cámara con una voz bastante irritante, como susurrando. En blanco y negro, posee alguna imagen suficientemente interesante como para no abuchear el corto, pero lo que es la historia y la actriz (o el texto, me cuesta siempre diferenciar) dan bastante pereza. Nota: 4

Tampoco tuve tiempo para nada más que volver a la cola, así que tuve que comprar unas palomitas en el cine para no morir de hambre.

La última sesión comenzó con un corto animado libanés, de nombre Waves '98, que no entendí. Imágenes oníricas sobre un elefante dorado gigante que se descompone en medio de una ciudad se mezclan con otras imágenes reales aéreas de la misma ciudad. Por lo que se ve, ganó en Cannes el premio al mejor cortometraje. Bien por ellos. Nota: 3


El plato fuerte de la sesión era The magic mountain, una película que decidí no ver en Annecy porque me daba pereza infinita, pero que tuvo muy buena crítica e hizo que me arrepintiera de no haberla elegido. La directora, Anca Damian, es la directora de Crulic, un documental animado bastante interesante. La mujer vino a presentarla, y cuando digo presentarla me refiero a decir "Gracias por venir a ver esta película tan loca. Después estaré por aquí pos si queréis hacer alguna pregunta" Todo un poco triste, como el ambiente del festival. No sé si será porque es noviembre y llueve, pero se respira tedio más que excitación.

Al igual que en Crulic, The Magic Mountain es una película documental biográfica que experimenta con técnicas de animación (todas las películas experimentales a las 22h. ¿Por qué?). El protagonista es Adam J. Wrinkler, un alpinista/fotógrafo que se fue a Afganistán a luchar contra los bolcheviques a pesar de tener familia (hija incluida) en Francia. Su historia, la verdad, no me pareció nada interesante, me da todo bastante igual durante los 95 minutos que dura. Sin embargo, hay varios momentos en los que uno piensa "Hostias, ¡qué bonito!", "Joder, ¡qué curioso!" o "¿Cómo cojones se hace eso?". Los tacos se deben a que ese "uno" soy yo, pero son prescindibles en la mayoría de casos. Personalmente, disfruté mucho más de Crulic porque la historia tenía cierta miga, pero no terminé por aborrecer la película.

Cuando salieron los títulos de crédito nadie aplaudió a pesar de que la mujer estaba allí presente. A mí me dio mucha pena, así que intenté comenzar un aplauso. Durante tres interminables segundos nadie más aplaudió. Yo ya estaba a punto de rendirme y esconder mi cabeza bajo la sudadera hasta salir de la sala cuando empecé a oír algún aplauso más por la sala hasta llegar alrededor de la veintena. No duró mucho.

Una vez pasado el momento aplauso, tenía que decidir si quedarme o no al Q&A. Cuando vi que no se quedaba casi nadie sentado (10? 12 peronas?) dos monigotes se posaron sobre mis hombros. Uno de ellos, vestido de blanco y con una especie de anillo flotando sobre su cabeza me dijo "Pobre mujer. No se va a quedar casi nadie. Quédate y haz bulto". El otro, de rojo y con un tenedor gigante (para su estatura, no para la mía) replicó: "Va a ser muy incómodo, no va a preguntar nadie y te vas a poner nervioso. Ya has hecho bastante aplaudiendo. Vete a dormir, anda". Sin duda, argumento ganador.

Nota:5

lunes, 23 de noviembre de 2015

FICXixón 2015: Día 1

Hace mucho tiempo que quería venir al festival de Gijón. Cuando empecé a ver cine raro (todo empezó con 8 mujeres y Nicky aprendiz de bruja) me di cuenta de que muchas de mis películas favoritas (Lilya forever, Tillsammans, CRAZY, Lila dice) habían pasado por Gijón y ganado el premio de la juventud (yo era joven también en aquella época). Eso hizo que durante años me llamara la atención la idea de venir algún año.

Este año ha sido el primero que el curro y el dinero me ha permitido venir, con el plus de vivir a 3 horas en bus, así que no lo he dudado. No me quedo toda la semana, pero al menos me han coincidido varias pelis muy interesantes en el fin de semana. 4 de ellas de animación.

Lo primero que me ha sorprendido al llegar a Gijón es lo poco promocionado que está el festival. En mi paseo hasta el hotel y después hasta los cines apenas me encontré con dos carteles del festival contra media docena de 8 apellidos catalanes. Quizás la culpa es de que era de noche y el cartel de la película es mucho más cantoso que el del festival (que no me gusta mucho, he de decir).

Todas mis películas son en los cines Centro, que están en un centro comercial que está en el centro, cerca del casco viejo y la playa. Nadie diría que allí se celebre ningún festival, no porque no esté decorado (algún cartel hay) sino porque apenas se ve movimiento de gente. Quizás todo el ambiente y el glamour del festival se concentra en el teatro Jovellanos, pero por lo menos este año no podré averiguarlo.

Además, el público que va al festival es muy ecléctico: abuelas, niños, cinéfilos, parejas… Nada que ver con el predominio friki de Sitges o la de post-adolescentes alegres de color de pelo imposible de Annecy. Lo cual no es malo, supongo.

La cosa es que fui a recoger mis entradas y había más gente en el mostrador (4) que en la cola (yo) así que no tardé mucho, lo cual se agradece. Tanto como se agradece que se puedan comprar las entradas por internet en un minuto y no en cien siglos como pasa en Sitges. Cogí el periódico del festival y me subí a la sala. Gran decepción al abrir el periódico y ver todas las noticias en español. Uno se ha acostumbrado a descifrar lo que pone en la mitad de las sinopsis de las películas, y esperaba un nuevo reto con el asturianu tras haber superado el catalán.

Venga va, me centro. Antes de la peli nos pusieron un corto de animación, mudo en blanco y negro y más bien feo aunque no desagradable. Däwit es una historia tétrica sobre un chaval que se acaba conviertiendo en una copia de su padre a pesar de haber sido criado por lobos. Los puntos surrealistas entran un poco demasiado repentinamente, pero una vez que lo aceptas, se disfruta bastante. No hubo aplausos, cosa que me sorprendió. Nota: 6


Y después vino Phantom Boy, que es una mezcla entre Polseres Vermelles, Ghost y El caballero oscuro. Un chico con cáncer, que tiene que vivir en el hospital y cuyo nombre es Lleó Léo, tiene la capacidad de hacer viajes astrales mientras duerme, aunque también puede hablar lo que es un poco raro. Utiliza estas habilidades para ayudar a un policía un poco gafe a atrapar a un supervillano que quiere destrozar Nueva York con un virus informático.

Aunque el punto de partida no invite a pensarlo, la parte cómica de la cinta es lo que más se disfruta. El supervillano y sus secuaces, que incluyen un perro-patada, brindan un gran número de momentos hilarantes.

El resto de la historia es basntante típica, pero no creo que la intención del director fuera revolucionar ningún género. En ningún momento se hace aburrida y como mayor pega diría que alguna de las decisiones tomadas por los personajes son un poco cuestionables, pero sin llegar al límite del ridículo.
Al final de la película, de nuevo, ni un solo aplauso. Yo habría aplaudido de buena gana pero, allí donde fueres haz lo que vieres. O igual es que la película no gustó, quién sabe. Nota: 7

Al salir, fui rápidamente a por algo para cenar (gublins y chocolatina) e intenté prepararme mentalmente para lo que iba a ver.


Las opciones que tenía para última hora del viernes eran: Anomalisa (vista y disfrutada en Sitges), The Invitation (lo mismo), The sky trembles and the earth is afraid and the two eyes are not brothers (me he aburrido escribiendo el título, no quiero saber cómo es la peli) y la que ví: Mysterious object at noon. En realidad había otra opción, que es irse a dormir al hotel, pero eso en un festival es de cobardes (e inteligentes).

Como este es un blog de animación y esta peli no tiene ni un poco, he decidido que no voy a hacer crítica, sino que me voy a limitar a dibujaros un timeline de lo que pasaba por mi cabeza mientras veía la peli. Es mi blog y hago lo que quiero, se siente.



Nota: 3

En resumen, que me arrepentí de no haber elegido la opción de dormir. Dos personas (quizás tres, pero no más) discreparon conmigo, llegando a aplaudir la película. El resto estábamos demasiado ocupados intentando huir.

Y el día acaba yéndome al hotel mientras degustaba un bocata de lomo con queso (los gublins no me llenaron lo suficiente).